domingo, 24 de marzo de 2013

IN THE FLESH - OTRA SERIE DE ZOMBIS O DE ENFERMOS DEL SÍNDROME DE LOS PARCIALMENTE FALLECIDOS.

Vampiros, zombis, licántropos; los adictos al género fantástico y más especialmente al universo de los muertos vivientes estamos en racha. La pequeña pantalla actualmente está plagada de series que ahondan en esta temática, parece que los guionistas no esbozan sino proyectos que implican a criaturas de mitos legendarios o no tan legendarios.

Esta vez la apuesta nos llega de la cadena británica BBC Three (@bbcthree) pero para sorpresa de todas y todos, con un planteamiento y una puesta en escena totalmente diferente y más original. Porque ese es el fin, si nosotros como espectadores hambrientos de gore aceptamos esta gran oleada de proyectos bajo una misma temática, que menos que dejar sorprendernos con apuestas totalmente radicales y opuestas a lo que nos tenían acostumbrados. Y a lo que nos tienen acostumbrados es a ese amanecer de los muertos, ese estallido apocalíptico y/o a ese desarrollo post-estallido centrándose en la convivencia y supervivencia a ese drama zombi, como es el caso de la exitosa The Walking Dead. ¿Pero y qué pasa después? ¿Qué pasa si los no-muertos, zombis, caminantes, muertos vivientes, etc. vuelven a la vida? Ese es el punto de partida de In The Flesh.

Y entrando ya en materia, después de ver el capítulo piloto no puedo sino ponerme de pie y ofrecer a los creadores y equipo en general, un aplauso de admiración. In The Flesh deja al lado ese festín de vísceras, mordiscos y gritos, para centrarse en una historia más profunda y humana, que es la reinserción social. Después de varios años donde ha reinado el caos en un contexto de ausencia de gobierno debido a un surgimiento pandémico que diezmaba la población, los gobiernos, y en este caso, el gobierno británico finalmente establecen la normalidad y consiguen poner fin a una epidemia en la que en esta serie se tiene conocimiento de origen y causas, tratando a los infectados para así tener control sobre ellos. Los zombis ahora son renombrados como PDS (Partially Deceased Syndrome, en su traducción al castellano: Síndrome de los Parcialmente Fallecidos). 


La serie parte de esa premisa, Keiren, un adolescente que padece el PDS, ha sido tratado y está listo para su reinserción y vuelta a su pueblo natal con su familia. Pero no todo es de color de rosa, muchos no aceptarán que desde el Gobierno se inste a la calma ya que el virus y los infectados están controlados. La sociedad no está preparada para confiar en este nuevo episodio social, y mucho menos cuando cada uno ha vivido su calvario particular y ha tenido que enfrentarse a una situación de desgobierno y supervivencia. Las similitudes a nuestro mundo actual son muchas y más aún cuando entramos en detalles de la serie. Un ejemplo podría ser la escena en la que unos padres desolados van a buscar al protagonista al centro de recuperación donde un cartel muestra la campaña de concienciación sobre el tema: "We Understand Partially Deceased Syndrome" (Entendemos el Síndrome de los Parcialmente Fallecidos) acompañado de una fotografía de una chica zombi sonriente. Otro claro ejemplo sería el movimiento HVF (Human Volunteer Force) creado para salvaguardar y proteger a la humanidad del peligro zombi pero que una vez erradicada la epidemia, su cometido no es otro sino perseguir a los reinsertados porque no se creen ni una palabra de lo que les dice el Gobierno. Y esta exposición en la pequeña pantalla es alucinante porque los zombis han dejado de representar una amenaza para convertirse en una minoría social marginada.

In The Flesh tiene buenos argumentos, buenos diálogos, planteamientos humanos "realistas" y para rematarlo, buenos actores bajo una buena factura técnica. Por todo eso In The Flesh más que catalogarla como serie de género Z (que lo es) diría que simplemente es una buena serie dramática.

Todo está listo para engancharnos  a lo que puede ser una gran mini apuesta de la BBC Three, porque si tiene algo malo es que de momento el formato es de miniserie y con sólo tres capítulos.

Jordi Boldú. Arguineguín, 24 de marzo de 2013.

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